AESEMI lamenta la retirada de la inversión de Broadcom en España y urge una reforma del Chips Act para agilizar futuras inversiones y una política industrial común europea

  • Revés a pesar del esfuerzo gubernamental: Lamentamos la retirada de la inversión de Broadcom, un revés que, pese al trabajo de las administraciones, evidencia la necesidad de un marco normativo más ágil.
  • Urge una reforma del Chips Act y una política interior firme de la UE: Es imperativo que la normativa europea se adapte para facilitar y acelerar futuras inversiones estratégicas en semiconductores y que la UE adopte una postura firme frente a la política exterior de EE. UU.

AESEMI, la Asociación Española de la Industria de los Semiconductores, lamenta profundamente la decisión de Broadcom de no seguir adelante con su anunciada inversión para instalar una fábrica de empaquetado en España. Esta noticia, si bien supone un contratiempo para el ambicioso objetivo de posicionar a España como un hub estratégico en la industria de los semiconductores, y a pesar del trabajo y los esfuerzos realizados por las administraciones para atraer y consolidar esta inversión, subraya la imperiosa necesidad de revisar y agilizar los mecanismos que rigen la atracción de inversiones de esta magnitud.

Desde AESEMI, habíamos celebrado en su momento el anuncio de Broadcom como una señal inequívoca del alto atractivo del ecosistema español para el sector de los semiconductores y la microelectrónica a nivel global. Estábamos convencidos de que sería la primera de muchas propuestas exitosas de agentes internacionales para invertir en nuestro país, y manteníamos nuestro compromiso de trabajar con Broadcom para integrar su propuesta de valor con las necesidades del ecosistema español.

Este incidente nos lleva a reiterar la importancia de una política industrial común que trascienda los incentivos puntuales y permita un enfoque coordinado en los esfuerzos de los Estados Miembros y la Unión Europea para alcanzar los objetivos de autonomía estratégica. Si bien celebramos en su día el acuerdo político para el Chips Act como un importante avance que permite dar seguridad jurídica a los grandes incentivos y establece mecanismos para impulsar el crecimiento del sector, consideramos que es únicamente un primer paso en un largo camino del que aún queda mucho por recorror.

La situación actual pone de manifiesto la urgencia de una reforma profunda de la normativa europea de chips. Es fundamental que el marco jurídico sea lo suficientemente ágil y atractivo como para garantizar la competitividad de Europa en un ecosistema tan global como el de los semiconductores. Necesitamos mecanismos que no solo ofrezcan seguridad a las inversiones, sino que las aceleren al máximo, eliminando barreras y burocracia que puedan disuadir a compañías estratégicas.

Además, esta situación subraya la necesidad de una política interior firme por parte de la administración europea para hacer frente a los desafíos que presenta una política exterior tan compleja como la que tenemos hoy en día. La estabilidad y la predictibilidad en las relaciones internacionales son cruciales para fomentar un entorno de inversión seguro en un sector tan globalizado como el de los semiconductores, y Europa debe consolidar su posición.

Desde AESEMI, creemos firmemente que la mejor manera de seguir construyendo industria comunitaria es mediante la creación de una política industrial común que dé un enfoque coordinado a los esfuerzos realizados por los Estados Miembros y la Unión Europea para alcanzar los objetivos de autonomía estratégica. Si no se apuesta decididamente por un mercado industrial común en Europa, independientemente de las capacidades individuales de los gobiernos, fracasaremos en la lucha global por el liderazgo en la industria de los semiconductores. Seguiremos trabajando incansablemente para reforzar e impulsar el ecosistema español de los semiconductores y para atraer nuevas inversiones que favorezcan de manera transversal a nuestro tejido productivo. Hacemos un llamamiento a las instituciones europeas y al Gobierno español para que colaboren estrechamente en la creación de un entorno que realmente facilite y acelere la llegada de proyectos de alto valor añadido como el que lamentablemente hoy se nos escapa.