Promoción del talento y colaboración entre la academia y la industria de semiconductores en España

Rodrigo Picos, Coordinador de la Comisión de Universidades y Talento

La industria de semiconductores es una de las más intensivas en términos de talento y requiere de una altísima y constante formación para poder competir. España, como país, no puede quedarse atrás en este campo en un momento tan crítico, marcado por las tensiones geopolíticas que lastran las cadenas de suministro. La mejor manera para no rezagarse en esta carrera es una colaboración efectiva entre la industria y las universidades y centros de investigación, con el apoyo de las administraciones. De esta forma, se deben promover actuaciones conjuntas que atiendan a las necesidades reales de la industria, sin perder de vista la formación general y la investigación básica que son la razón de ser de las universidades. Es decir, que las universidades pueden y deben ser viveros para las empresas en tres áreas fundamentales: investigación básica, formación, y talento.

La colaboración entre las empresas y las universidades, a pesar de ser deseable y un objetivo declarado de muchos rectorados, es problemática para muchas empresas por diversas razones, entre las que se suelen destacar:

  1. Diferentes ritmos de trabajo: descontando casos puntuales, los tiempos de la universidad suelen ser más cercanos a los ritmos de las administraciones públicas, siendo mucho más largos que los que pueden permitirse las empresas.
  2. Diferentes objetivos básicos: las universidades o, mejor dicho, los investigadores, tienen como principal objetivo unos niveles de tecnología (TRL, technology readiness level) bajos (TRL 1-4), mientras que las empresas requieren en general productos ya cercanos a mercado (TRL 7-9). Entre ambos TRL se produce el llamado valle de la muerte, en el que se pierde mucha de la investigación universitaria.
  3. Diferentes prioridades: para los investigadores en general, es primordial el poder obtener publicaciones (el famoso publish or perish), cosa que consiguen a través de proyectos de investigación que financian materiales y personal. Para las empresas, la prioridad es tener productos funcionales.
  4. Exceso de burocracia: las universidades y los centros de investigación, como organismos públicos, están sometidos a unas restricciones y cargas burocráticas que muchas veces entorpecen las colaboraciones.
  5. Falta de información: Si se exceptúan a las empresas que son una spin-off universitaria, hay un gran desconocimiento mutuo entre ambas partes, que incluye no solamente el catálogo de habilidades disponibles sino, incluso, la propia existencia de las posibilidades de colaboración.
  6. Desconexión entre la formación que proporcionan las universidades y las necesidades de las empresas: en muchos casos, la adaptación de planes de estudio existentes se demoran años debido a la necesidad de contar con la aprobación de múltiples actores.

La única manera de superar estos problemas es crear espacios de encuentro en los que, con buena voluntad y paciencia, se puedan encontrar las empresas y las universidades para, poco a poco, ir creando puentes. Desde la Comisión de Universidades nos hemos propuesto algunas actividades que sirvan para este objetivo:

  1. Detección de necesidades de las empresas: el primer punto para poder pedir a las universidades que se acerquen es saber dónde deben acercarse. Para ello, nos hemos planteado como objetivo para este año compilar un listado de necesidades de las empresas, tanto en formación como en investigación.
  2. Divulgación de la oferta universitaria: sin perjuicio del punto anterior, también está en marcha la creación de un catálogo unificado de las especialidades y capacidades de las universidades, para que las empresas puedan acceder a ellas de manera simple.
  3. Definición de microformaciones y cooperación internacional: desde AESEMI se busca poder ofertar a los afiliados una amplia oferta de microformaciones, en línea con las necesidades que se vayan a detectar en el punto 1. Como paso intermedio, se está explorando la colaboración con la Spanish Open Hardware Association (SOHA) en la definición de formaciones cortas (hasta 30 horas o 3 ECTS). También se está estudiando el programa Erasmus+ como una manera efectiva de intercambiar experiencias y conocimientos con otros países del entorno.
  4. Como complemento del punto anterior, se va a buscar crear una bolsa de plazas en empresas para estudiantes en prácticas o para la realización del trabajo de final de grado o de máster. De forma paralela, se van a estudiar también las necesidades formativas de las empresas para dichos estudiantes, y se va a intentar, a través de microformaciones, que lleguen tan preparados como sea posible.
  5. Cooperación con el Ministerio y delegación del PERTE Chip: en este caso, ambos son fundamentales, no solamente como posibles fuentes de financiación, sino también como actores (o, en este caso, directores de obra) que definen y promueven las políticas industriales y educativas que darán forma al sector a medio y largo plazo.

En resumen, hay una cierta desconexión entre la universidad y la industria de los semiconductores en España, que esperamos superar, encontrando vías de colaboración efectivas. De esta forma, promoviendo el ecosistema en España desde todos los ámbitos (legislación, docencia, investigación, desarrollo, innovación, aplicación), se podrá competir y, porqué no, colaborar,  de manera efectiva con otros actores en este campo a nivel global.